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Mejores prácticas en la implementación de ISO 27001:2022

- Derten Ciberseguridad
 ISO 270012022

La seguridad de la información es hoy un activo estratégico en plena transformación digital de las empresas..

En la actualidad existen muchas normativas que nos permiten a las organizaciones crear un marco de actuación en este ámbito.

La norma ISO/IEC 27001:2022 es una de ellas, y ofrece un marco sólido para establecer un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI) que garantice la confidencialidad, integridad, autenticidad, trazabilidad y disponibilidad de los servicios e información de las organizaciones.

Basada en el ciclo de mejora continua PDCA (Plan – Do – Check – Act), esta norma permite integrar la gestión de la seguridad en la operativa diaria y adaptarse a cambios tecnológicos, normativos o de negocio.

Ahora bien, implantar ISO 27001 va más allá de cumplir requisitos legales o contractuales o conseguir un certificado para ser más competitivos, un SGSI requiere compromiso, visión y un enfoque basado en riesgos. A continuación, se resumen las prácticas clave para una implantación eficaz:

  1. ISO 27001 es un proyecto de gestión, no solo de IT

Uno de los errores más comunes es pensar que la seguridad de la información es solo tarea del departamento de IT. En realidad, todas las áreas de la organización tienen un papel en la protección de la información: recursos humanos, compras, dirección general, entre otros.

La alta dirección, además, debe liderar el SGSI, asignar recursos y fomentar una cultura de seguridad transversal.

  1. Análisis de contexto: entender antes de actuar

Antes de redactar políticas o aplicar controles, es fundamental comprender el entorno en el que opera la organización: qué tipo de información se maneja, qué regulaciones aplican, qué riesgos son críticos y quiénes son las partes interesadas. ISO 27001 exige ese análisis para adaptar el SGSI a la realidad de cada organización, evitando medidas genéricas o innecesarias.

  1. Evaluación de riesgos con un enfoque racional

El corazón de ISO 27001 es la gestión de riesgos. No se trata de proteger todo frente a todo, sino de identificar y tratar los riesgos de forma inteligente: Identificando amenazas y vulnerabilidades reales, evaluando su impacto y probabilidad y aplicando controles adecuados priorizando eficacia y coste-beneficio.

Una evaluación clara y objetiva facilita una toma de decisiones efectiva y repetible.

  1. Documentación esencial: sin burocracia innecesaria

ISO 27001:2022 mantiene ciertos requisitos documentales obligatorios, como la política de seguridad, la evaluación y tratamiento de riesgos, y la declaración de aplicabilidad. Sin embargo, permite adaptar el nivel de detalle y la forma de documentar a la realidad de la organización.

La clave no es generar papeles por cumplir, sino asegurar que la documentación sea útil, clara y accesible para quienes deben aplicarla. Menos burocracia, más efectividad.

  1. Controles de seguridad eficaces y justificados

El anexo A de la norma agrupa los 93 controles en cuatro dominios: organizacional, personas, físico y tecnológico. No se trata de aplicar todos, sino los que realmente aporten valor según los riesgos detectados. La selección debe estar alineada con los objetivos del negocio y las amenazas reales.

  1. Concienciación y formación: el factor humano es clave

Por muy avanzada que sea la tecnología, una acción humana (post it con contraseñas a la vista, clicar sobre un link malicioso, etc.) puede comprometer todo el sistema. De ahí la importancia de la formación y concienciación. Hay que adaptarla a cada perfil, fomentar el ejemplo desde la dirección y facilitar guías claras para el día a día. Un equipo informado actúa como una primera línea de defensa. Un equipo bien formado reduce significativamente la exposición a amenazas.

  1. Medición, revisión y mejora continua

Un SGSI no es estático. Para que sea eficaz a largo plazo debe revisarse de forma periódica, a través de indicadores, auditorías internas y ajustes constantes. ISO 27001 se basa en la mejora continua, lo que permite mantener la seguridad alineada con los cambios del entorno y del negocio.

Este punto conecta directamente con el ciclo PDCA, asegurando que el sistema se mantenga vivo, útil y alineado con los objetivos del negocio.

Conclusión: más que cumplimiento, una ventaja competitiva

Implantar ISO 27001:2022 no es solo un requisito normativo: es una herramienta estratégica. Al estar basada en el ciclo PDCA, impulsa la mejora continua, fortalece la capacidad de respuesta ante riesgos y promueve la resiliencia organizativa.

Con un enfoque claro, liderazgo comprometido y sentido práctico, cualquier organización puede convertir la seguridad de la información en una ventaja competitiva real. La certificación es el resultado, pero el verdadero valor está en el camino.

Si quieres o tienes que adecuar tu organización a alguno de estos marcos o normativas de Seguridad de la Información, contáctanos!!